ERASE UNA VEZ UN AUSTRALOPITHECUS... QUE TODAVÍA LO ES.
Ya han pasado varios millones de años, desde que en el paleolítico , era muy normal que el australopithecus de aquellos tiempos llevara arrastrando por el piso a la que el deseaba fuera su compañera, asida por los cabellos en un mano, mientras en la otra llevaba su cachiporra que bien podia servirle para defenderse de cualquier imprevisto dinosaurio que pudiera aparecer en el camino. Ella sin ninguna otra alternativa y convencida de que aquello era lo que más le convenía seguramente aceptada tal transporte a las buenas o las malas.
Pero acaso los tiempos han cambiado algo?...
A caso la evolución solo sirvió para que aquel “australopithecus” se parara derecho y pudiera caminar en dos piernas erguido? A caso el amor con el que el hombre promete cielo y tierra y tal vez algo mas en le etapa de novios es solo algo pasajero, mientras“ella entrega la “pruebita” y luego de esto la relación se transforma en desconfianza, en celos, en rabia, en violencia, en maltrato y golpes, y hasta la muerte?
No más al maltrato, no más al abuso, no al silencio, no más al que dirán¡¡.
Desgraciadamente para aquellas que han sido y son víctima de este flagelo y no se retiran a tiempo: “El que es caballero repite”, aunque sigan convencidas de que eso no sucederá más.
Después de que el primer golpe destroza la dignidad de ella y hace del sufrimiento su alma en pena, solo queda el vacío, la impotencia y el desconcierto de saber si aquel lo volverá a hacer.
Lo único que calma a aquellos leones enfurecidos es el paso del tiempo y su indomeñable efecto: La vejez.
Esa generación que será reemplazada por nosotros ya quedó así, y prueba de ello es la incompetencia de las autoridades y las bajas penas que “cumplen” los arcaicos agresores; por eso nosotros debemos asumir la responsabilidad en su momento y no simplemente decir: “Es que ese fue el ejemplo que recibí en mi casa”.
Cuantos espejos mas necesitamos, cuantos casos mas debemos escuchar a diario?
Lo que está pasando en la actualidad tiene un llamado, es un reto:
El cambio está en nosotros, en la nueva generación, en la manera de como tomaremos las cosas.
Claramente se presentaran discusiones, si, y tal vez muy fuertes y acaloradas pero no debemos permitir que pase de ahí.
Aunque todos llevemos ese australopithecus dormido adentro, no lo dejemos despertar y salir a flote.
Johana Espinosa.
